Sugerencia: Leer con sonido activado, links a Spotify!!

La vida es una pieza musical, tiene un movimiento, un inicio, una sinuosidad, un subir y bajar de intensidad, quiebres, clímax y término.

Artículo escrito por Daniel Hayvard de Reason Why Latam

La música tiene un pasado enorme, tanto o más que el lenguaje verbal, existen hallazgos arqueológicos de flautas construidas con hueso de ave, cuya antigüedad se estima de 6.000 a 8.000 años, incluso podrían ser anteriores al homo sapiens.

A los 8 años mis padres me regalaron mi primer personal stereo (walkman), un Samsung del tamaño de una maleta y que pesaba fácil 1kg., pero este regalo provocó algo insospechado hasta ese momento, la compra (con mi mesada) de mi primer cassette, Zenyattà Mondatta, el tercer álbum de The Police, pero sobre todo la “primera gran sensación” de libertad y rebeldía, lo recuerdo como si hubiera sido ayer, y ya han pasado 33 años.

Mientras escribo esto es inevitable buscarlo -ahora en Spotify- y partir escuchando Don’t Stand So Close to Me, un hit que me transporta automática y literalmente a mi 1987, vuelvo a sentir emoción y vértigo, de que era todo un hombre -de 8 años- y de que aquella colegiala de la canción, en vez de enamorarse del profe, se fijara en mí.

Ya en tiempos inmemoriales, Platón decía que “la música es para el alma lo que la gimnasia es para el cuerpo”, y es justamente esto lo que me mueve hoy para que nos hagamos algunas preguntas y también escuchemos buena música.

. Si te digo música ¿qué sientes? ¿qué es para ti?

. ¿Qué le hace la música a nuestro cerebro?

. ¿Tienes identificados esos álbumes o canciones que te hacen latir el corazón, mover los pies y volver a viajar?

Para intentar responder la primera, o más bien reflexionar sobre ella, me inspiro en una canción, que para mí es notable, The shape of my heart de Sting (parte del soundtrack The Professional de 1994), si, lo reconozco, soy reiterativo, pero siento que su metáfora nos canta del sentido o filosofía de la vida y la música.

En 1993 Sting decía de ella, “quise escribir sobre un jugador de naipes que juega no para ganar sino para tratar de descubrir algo, para descubrir algún tipo de lógica mística en la suerte o el azar, algún tipo de ley científica, casi religiosa. Así que el hombre es un filósofo, no juega por respeto y no juega por dinero, solo está tratando de entender la ley”.

Esta canción además de recordarnos una extraordinaria película de Luc Besson, Jean Reno, Gary Oldman y Natalie Portman, logra hacernos sentir una profunda sensación de calma, pero al mismo tiempo esa búsqueda del sí mismo, de que al menos alguna vez en la vida, tenemos la obligación de jugar sólo por el gusto de jugar, metafóricamente hablando, de dejarnos llevar, de disfrutar el viaje y olvidar el resultado.

En ese buscarse a sí mismo, los recuerdos de lo vivido y lo sentido y las nuevas vivencias fluyen, con mucha facilidad, a través de la música. Sin duda ciertas melodías o canciones nos rememoran momentos y emociones concretos o nos trasladan a recurrencias de la niñez, juventud y adultez, ya que la música tiene un estado de ánimo que nos invade y nos transporta, a través de las notas, por distintos pasajes emocionales. Con esto quiero decir que la música en la vida del ser humano, desde el punto de vista de la neurociencia, la biología y lo fisiológico sin duda es básica, pero todo queda a medio camino sin el aspecto emocional, la música no sólo marca el ritmo, sino también le da color y sabor a nuestras vidas, aportando intensidad y nuevas sensaciones (Inxs) que cada uno de nosotros interpreta según sus experiencias, ¿te imaginas que sentirías sin música?.

El punto es comprender la importancia de conectarnos ahora, mañana y siempre, profundamente con la música, no sólo por entretención o para pasar el rato, muy por el contrario, la música es capaz de anclarnos a emociones positivas, junto a una singularidad única; no sólo la representamos y sentimos a través de nuestro canal auditivo, sino que también con imágenes, y especialmente con el corazón, en simple, la música es una inmensa puerta sensorial todo en uno, y en streaming.

¿LA NEUROCIENCA Y LA MÚSICA?

El insight inicial podría ser que convivimos con la música en todo momento y nos hace disfrutar de gratos momentos. La música está considerada entre los elementos que causan más placer en la vida, ya que libera dopamina en el cerebro como también lo hacen la comida, el sexo y las drogas, como diría mi buen amigo Miles Davis en So What!!

Pero esto que podría ser tan obvio, se produce a través de complejos y sorprendentes mecanismos neuronales. Diversos estudios muestran que al escuchar y al hacer música, se estimulan altamente nuevas regiones y conexiones, siendo esta, incluso capaz de secuestrar sistemas cerebrales construidos para otros fines, tales como el lenguaje, la emoción, la recompensa, la cognición, la sensación y el movimiento, de hecho una de las hipótesis postula que este último sería la razón por la que se desarrolló la música: para ayudarnos a todos a movernos juntos.

Además, la activación simultánea de diversos circuitos cerebrales producida por la música parece generar algunos efectos notables: en lugar de facilitar un diálogo en gran medida semántico, como hace el lenguaje, la música parece mediar un diálogo más emocional, bastante más eficaz que las palabras.

Emoción, expresión, habilidades sociales, teoría de la mente, habilidades lingüísticas y matemáticas, habilidades visoespaciales y motoras, atención, memoria, funciones ejecutivas, toma de decisiones, autonomía, creatividad, flexibilidad emocional y cognitiva, todo confluye en forma simultánea en la experiencia musical.

En definitiva, la música nos ayuda enormemente a encontrar al ser, a construir nuevas experiencias, a practicar un proceso sano, cognitivo y muy creativo y a desarrollar la autogestión y el autoconocimiento; simplemente, todo lo que necesitas es amor (The Beatles).

Como sugerencia, un ejercicio personal para cualquier persona, desde la perspectiva del Coaching y/o de la Programación Neurolingüística, identifica o define qué canciones, álbumes o playlists pueden anclarte emociones positivas para contextos específicos, algo así como diseñar la banda sonora de tu vida.

Así que la invitación ya está hecha, ponle play, escucha, canta, siente, viaja o lo que tú quieras, o aún mejor, cuando nos podamos volver a reunir socialmente, de forma segura, hacemos una fiesta, y bailamos todos juntos ¿qué podría salir mal?

BONUS TRACK: ALL YOU NEED IS MUSIC (PLAYLIST SPOTIFY)

Creé esta “Playlist colaborativa” con las canciones que menciono en este artículo, además de temas de Fela Kuti, Madonna, Djavan, Stevie Wonder, Soda Stereo y muchos más, así que dale, quiero escuchar lo que tu escuchas!!